jueves, agosto 21, 2008

El ciervo


Mientras cenábamos fuera, se oía a la ardilla del jardín trajinar en el pino. Levantamos pronto la mesa con intención de acercarnos a Castelsarrasin. Se ha hecho de noche. Por el camino que conduce desde la casa hasta la carretera, pasamos junto al campo de girasoles. No es más a estas horas que un entramado de filamentos amarillos, de ascuas débiles. Hay una luna casi llena. Algo se mueve entre los arbustos. Algo grande y ligero. Algo que salta desde las sombras y se hace visible. Cruza por delante del coche. Se pierde en el bosquecillo que delimita las plantaciones de frutales. Es un hermoso y huidizo ciervo que carga con un hipnótico brillo lunar sobre el lomo.
En Castelsarrasin la gente se encamina toda hacia el mismo lugar. No hubiera sido necesario ni preguntar dónde se van a lanzar los fuegos. Bastaría con seguir hasta el canal a ese distendido tránsito humano. Bajo la arboleda se sientan familias enteras, críos nerviosos, jóvenes con ganas de fiesta. A eso de las once comienza el espectáculo. Luce especialmente en aquel rincón. Las aguas remansadas reflejan y multiplican las explosiones y sus colores. A los niños parece encartarles. Han tomado un buen sitio en primera línea. No me quito de la cabeza a ese ciervo repentino.

3 comentarios:

FPC dijo...

Bienvenido otra vez. Ya veo que este año tocaban tierras más ajenas: espero que para contento de todos, porque a ti te sirve como pretexto el mismísimo aire: excelentes textos.
Un abrazo.

P.D. ¿Viste en Toulouse los letreros de algunas calles en provenzal, el idioma literario de Mistral?

mgab. dijo...

ay esas pinceladas francesas... me gustan un montón, reconozco mi tierra al paso de tus palabras y tus paseos de verano: Toulouse, Carcassonne... y la première gorgée de Delerm!

gracias por la nostalgia: de vez en cuando no viene mal, no, remontar un poco el río...

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Gracias, Paco. Fue agradable, sí. Y vi los letreros a los que aludes. Incluso fotografíé alguno.

Me satisface mucho, querida Jin, que estas postales galas alineten la memoria de tu tierra.

Un abrazo fuerte a ambos.