domingo, julio 22, 2012

Final de viaje














Contra los degarros del tiempo

Salimos del hotel
con el firme propósito
de darle la espalda al último sol
sobre los tajamares
del puente della Trinitá.
Estábamos yéndonos ya
y deseábamos fijar la mirada
en las ascuas con que la tarde
enciende las aguas del Arno.
Que ardieran en su cauce
los buenos y malos momentos
que siempre le salen al paso
a quien anda lejos de casa.
A quien luego cuenta o escribe
de lugares, de paisajes y gentes,
procurando un relato amable
que sólo engarce dichas.
Mintiendo entonces y olvidando
que el viaje es sol, pero también es frío,
y que el viaje debiera concedernos,
sobre todas las cosas,
una encarnadura suficientemente fuerte
contra los desgarros del tiempo.

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