martes, enero 29, 2013

Una casa en la colina


Rescato una de las fotografías que tomé ayer por la tarde. Después de la inacabable lluvia caída a lo largo y ancho de las dos últimas semanas, hizo, por fin, un día espléndido. Subí hasta la Providencia. Había pleamar y oleaje. Caminé por el sendero que lleva a la playa de Serín. El temporal ha arrojado sobre ese camino troncos, barro y piedra menuda. Ya abajo, retumbaba el océano. Sobrecogía el estruendo. Por allí anduve hasta que se fue poniendo el sol. Iba desplegándose, poco a poco, un naranja plácido en el cielo que parecía quitarle importancia a la mala mar, bajarle de algún modo los humos. A lo lejos, la casa erguida sobre la Colina del Cuervo tenía a esa hora un aire hopperiano: por sus ventanas entraba la soledad a raudales.

miércoles, enero 16, 2013

Albada

Albada

Camino al amanecer por la orilla de la ría.
El vuelo tempranero de las aves
deja una salpicadura de tinta en la niebla.
Cerca del arenal,
una barca permanece muy quieta,
como sorprendida en el estraperlo del silencio
por la luz remota de un sol de aduanas.
Las casas de la playa se defienden del frío
con vivos colores en sus muros,
arden hacia afuera como faros
y queman el ramaje aterido de todos los jardines.
Así despertamos a los días más desapacibles:
con el sueño aún atado a un mástil de calor,
como ulises temerosos de los ruidos de la noche.


domingo, enero 13, 2013

Batahola

  • Batahola: voces desairadas que saltan como el mar cuando rompe en los muelles.
  • Mantra: cobertor fonético.
  • Compraba muchos libros; y hasta leía algunos.
  • Acuerdo: curación de los locos.

martes, enero 08, 2013

Bonhome

 Playa de Bonhome. Mañana fría. Niebla.
Bonhome es un pintor y es una playa. Al primero lo conoce y aprecia uno desde hace años. De la segunda quise el lunes muy temprano tomar una fotografía que terminó, de algún modo, fundiendo el recuerdo del amigo con el propio paisaje. Ese pequeño arenal, desde el que se asoman a la ría las proas y maromas de unas pocas barcas, y ese fondo arbolado diluido en bruma quisieron ser finalmente, más que el botín de un objetivo, las pinceladas de un acuarelista. Y a fe que casi se consigue.

domingo, enero 06, 2013

Como pescando


No pocas veces se descubrió uno pensando en la banalidad de esa afición que lleva a hombres solitarios y abrigados a permanecer clavados junto a una caña de pescar horas y horas, la mayor parte de las veces con frío, a oscuras, lanzando el sedal al océano de un modo casi desesperado, como si no tuvieran en el mundo a nadie o sus penas o conciencias exigieran esa dedicación penitente. He aprendido, sin embargo, en los últimos tiempos a considerar con mucho más respeto esa dedicación casi anacoreta, pues uno le ha ido cogiendo a su vez gusto a ciertas raras fotografías, y las persigue de una manera parecida a la de esos pescadores a los que antes no comprendía, aguardando una determinada luz en una hora intempestiva, teniendo paciencia y manteniéndose junto al trípode al acecho de una presa que, si hay suerte, terminará por posarse en cualquier momento sobre el objetivo.